domingo, 18 de diciembre de 2011

Hambre de conocimiento


- Sin sufrimiento, no se aprende, es la primera regla de esta escuela.
- No sabía que estudiáramos Kung-Fu, yo pensaba que esto era simplemente bachillerato.
- Los curas se van quedando calvos, y a veces les da por creerse de otra religión.
- Y yo que estaba tan contento en aquella escuela pública dónde mi mayor problema era que no me quitaran el dinero de la merienda...

Entre todos los que corren detrás del balón, hay alguno que llegará a ganarse la vida con eso. Entre todos los que recorremos sin cesar los rincones de esta institución, habrá algunos que lleguen a querer volver atrás para hacer las cosas de otra manera. La vida aquí es un retrato de la vida allí afuera, no hace falta irse con rodeos, ni tratar de engañarnos diciéndonos que ahora estamos bien, que esto es un mero ensayo. Esto es tan real como todo lo demás, tan sólo hace falta preguntárselo a todos los chicos de 8 años que vienen solos en transporte público desde la otra punta de la ciudad.

- Mi padre me dijo que me daría el doble de dinero para la merienda si venía en transporte público en lugar del bus escolar.
- Que suerte, a mi a duras penas me dan dinero para media merienda.
- Con razón estás en los huesos...
- Es de familia, mi abuelo se parecía a Gandhi, pero largo como una señal de tráfico.

Es una suerte tener los ojos arriba y apuntando normalmente hacia el frente, de lo contrario andaríamos dando pasos hacia atrás, buscando la huella de algún giro equivocado.

Foto de Mahatma Gandhi tomada de Wikipedia.

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