jueves, 2 de mayo de 2013

Barwiniano


Me recibieron con una copa de vino a la que siguieron un par de botellas antes de salir a pasear. La boca del metro nos tragaba desde lejos y nos llevó a la playa vacía de aquella hora de la tarde.

Desde aquí se ve el mundo, pero nadie te lo dice. Desde aquí se va al mundo, tan viejo o tan nuevo como te lo encuentres al llegar. Metemos los pies en el agua y luego vamos andando despacio, dejando un par de huellas que nadie ha vuelto a ver.

Al llegar al otro lado, se ha puesto el sol y ya no nos vemos igual, pero el efecto del alcohol sigue con nosotros y vamos directo al primer bar. De todos los sitios que he encontrado en cada lugar, ninguno me es tan familiar como un bar y ninguno tan desconocido como una vieja catedral.

Foto, Getty Images.

lunes, 29 de abril de 2013

El silencio




Pasaron diez años cruzando un par de palabras cada cierto tiempo, pero aparte de eso, he perdido por completo el sonido de su voz a mi lado. La recuerdo como una voz rebelde, que tuvo que lidiar con el pasado y hacerse un lugar en cualquier sitio. Yo la tengo guardada en un rincón azul, donde no entran ni dioses ni amantes.

Me ha quedado, después de todos estos años, un sonido leve de recuerdo. Uno que encontré en alguna sala de conciertos y que interrumpe cualquier silencio de la manera más sutil. Probablemente, si lo escucho con atención, volveré a tener aquella voz rebelde a mi lado y habrá espacio de sobra para apilar discos y libros en aquel rincón.