martes, 27 de marzo de 2012

No es ruido, es retro



Si esta máquina pudiera hablar, diría unas cuantas cosas. Es temperamental. Cuando la fuente de poder se sobrecalienta, simplemente deja de funcionar, quedándose suspendida en la última nota.

No le quita en absoluto lo divertido; se puede jugar con ella todo lo que se quiera, siempre y cuando se cuide la dichosa fuente. El truco es ponerle un ventilador pequeño encima y tener paciencia con algunos juegos que tardan un poco en correr.

Se parece poco a las máquinas de hoy en día, tiene ese aire único de los setenta, a pesar de ser un producto de los ochenta.

Tal vez no hable, pero su sonido, dice más que mil palabras.

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